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domingo, 11 de abril de 2021

UNA VIDA SENCILLA

Ahora el planeta tierra se encuentra bajo el influjo de la primera  luna nueva, del año natural,  el que comienza el equinoccio de primavera. Es decir, que en el cielo no se ve la luna. En el mundo rural se dice que resulta buen momento para plantar algo y que las raíces  cundan.  ¿Serán  raíces lo que en poco tiempo, apenas si tres días,  toquen prosperar?, por lo de la oscuridad, claro; porque la luna va que vuela y no hay carrera o ciclo que se le resista en ese sentido. ¡Voluble pedrusco!

. Por cierto que tanto en invierno como  por estas fechas en Islandia predomina la oscuridad en el cielo, salvo por el magma sangrante entre las brechas de su  volcán Fragasdalsfjall en reciente erupción

Islandia es un lugar que siempre me atrajo. A saber por que no aparecí por allá al nacer aprovechando la oscuridad y alevosía de la fecha.. En lugar de isla, me tocó península!  

Un día, recientemente,  estaba viendo un interesante reportaje sobre semejante lugar  cuyo enlace buscaré más adelante cuando me enteré que entre los patitos  pequeñitos el que de alejaba del grupo implicaba que de mayor sería salvaje,  corriendo un más que probable  riesgo implícito a su independencia de ser raptado, atacado y despedazado y deglutido por las voraces gaviotas del lugar que también necesitaban alimento para sí mismas y para sus crías.


Y me pregunté: ¿Naturaleza salvaje, inconsciente, atrevida, valiente o víctima? Después seguí disfrutando del documental, pero la interrogante siguió rondando mi magín.

https://youtu.be/JzgtGJ8DBQA

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No hace mucho  escuché a una persona diciendo que  estaba a punto de cumplir los 88 años y que aparentemente disfrutaba de buena salud y afirmaba con cazurronería  que a medida que uno fuera cumpliendo años  lo más probable sería que se muriera de asco y de aburrimiento.   Puedo asegurar que lo aseguraba con enorme aplomo y sentido del humor. Su mente estaba mucho más despierta de lo que podríamos esperar de  much@s jovencit@s. Me faltó tiempo para relacionarlo con la primera imagen que planté en la cabecera de este blog allá por 2009. Otra ocurrencia "feroz".

Como dependo (es lo que tiene el amor verdadero de 100 años perrunos de duración) de mi querida y anciana vizsla mestiza de nombre Zola  que necesita aliviarse con cierta asiduidad, salimos varias veces al día por el parque y por el campo procurando hacerlo a las horas más intempestivas posibles, no por miedo a contagio alguno sino para evitar presencias indeseables. Me recomiendan que no olvide el teléfono móvil, por si sufriéramos algún percance, y como la cámara va implícita en el chismecillo, iba aprovechando (ya/que/ando) para hacer  cierto inconsciente seguimiento romántico de la naturaleza inmediata.

Por cierto un día nos cruzamos con un animal humano que miró a la perra con malos ojos, ellá le ladró indicándome que no le gustaba nada aquel tipo. Por cierto las dos portamos bozal, ella negro para mayor conspicuidad, y yo blanco, justo por la razón contraria, pero aún así ambas "ladramos"

"Guau, guau, (fuerte)

"Señora que su perro me ha ladrado"

"Pues, seguro que por algo será. Mejor que no le cuente lo que le acaba de decir".

 

Veamos qué imágenes de recientes paseitos puedo encontrar al respecto.


Mi perruna analista


La última rosa invernal, muy chunguita la pobre  fotografiada diciembre. En cierto modo me identificaba con ella!  Fue antes de la gran nevada en Enero, de nombre Filomena.






Las primeras y escasas margaritas de abril que han aparecido.





Zoleta "regó" las primeras amapolas del presente mes, y me invadieron los recuerdos escolares de aquel  esperado "poppy day" anual.  Pero ahora  debemos  seguir caminando. 
Verlas también me hicieron recordar que en su díacomenté a algún amigo de confianza que cuando  brotaran las amapolas ciertas cuestiones se verían más claras. Bueno, al menos así ha sido para mí, y eso que es en Mayo  cuando más abundan. (¿Se abrirá el perimetraje peninsular que me permita levantar el vuelo hacia "mi mar resalao"?)