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viernes, 25 de marzo de 2022

Huy, hace tanto que no escribe. Ojalá no se olvide.

Sin embargo aunque todas las horas del día ya  le pertenezcan  el día resulta breve.  
Aunque estemos en plenos idus de Marzo se le siguen ocurriendo demasiadas cuestiones políticamente incorrectas y socialmente inadmisibles por el grueso de la población. Algo tan habitual  en su persona que lo asume con naturalidad y hasta cierto agradecimiento.
Por ello  se remitirá a publicar esta imagen tan imbricada en su propia naturaleza, la de una criatura criada solitariamente que nunca conoció a sus abuelos por obra y gracia de una guerra; mas al final de la jornada hubo de ejercer como  abuela de sí misma. Tras muchas décadas de su aparición en el presente reparto de papeles descubrió que aún era capaz de sentir, soñar y expresarse tan ambivalentemente como la presente imagen, así como la razón por la cual sus extremos se atraían tanto.
 Lo mejor de todo es que llegó a tiempo de enterarse de buena tinta de su causa  y desde aquel momento no paró de darle gracias a la vida. 
No se trata de una otoñada invernal  más  al ritmo de un blog, sino de una entrada para celebrar a corazón abierto esta primavera tan invernal y pasada por agua, recién estrenado el día 20 del presente mes en un mundo desquiciado del que hace mucho tiempo se negó a formar parte aunque siga escribiendo tonterías en su blog. Sin embargo la imagen le ha conmovido tanto  que le ha parecido una buena y enternecedora razón para compartir. Ojalá todos los niños heridos de las más diversas maneras pudieran alentar alegría y esperanza en sus corazones. Así de simple.