Hum, no sé, no sé. Se parece a lo real, pero tiene trampa el enfoque. El problema es que los tiempos difíciles pagan un precio en vidas, sangre, destrucción y desplazamientos -y tomo como referencia lo más extremo humano: las guerras, aunque a veces también grandes catástrofes- elevadísimo e irreparable. Se trataría de ser fuertes sin por ello dejar de disfrutar de tiempos de pacificación. Pero ¿cómo lograrlo? ¿Con la educación permanente? La verdadera educación, siempre temporal y relativa, es la propia experiencia de la vida. Acaso probablemente las cosas son como son porque no pueden ser de otro modo. Tal como están las cosas y viendo acontecimientos mundiales no deja de ser paradójico que antiguos maltratados por otros hombres sean hoy verdugos de los inocentes, con su dios y poderes superiores humanos de por medio.
Estoy con Fackel en esta reflexión. Creo que ese argumento de tiempos buenos=hombres débiles, da para justificar las carencias, resignaciones y hasta las guerras. Un abrazo. P.d es bueno tenerte por acá
Yo también creo que las circunstancias adversas nos obligan a dar lo mejor de nosotros, si aguantamos el tirón nos hacemos más fuertes, si no quedamos a la deriva y a merced de lo que venga. Cada época tiene sus retos y en el mismo oleaje cada persona lo surfea lo mejor que puede pero unidos, siempre hemos salido mejor parados.
Probando para no perder la cuenta de blogger
ResponderEliminarSigo probando
ResponderEliminarHum, no sé, no sé. Se parece a lo real, pero tiene trampa el enfoque. El problema es que los tiempos difíciles pagan un precio en vidas, sangre, destrucción y desplazamientos -y tomo como referencia lo más extremo humano: las guerras, aunque a veces también grandes catástrofes- elevadísimo e irreparable. Se trataría de ser fuertes sin por ello dejar de disfrutar de tiempos de pacificación. Pero ¿cómo lograrlo? ¿Con la educación permanente? La verdadera educación, siempre temporal y relativa, es la propia experiencia de la vida. Acaso probablemente las cosas son como son porque no pueden ser de otro modo. Tal como están las cosas y viendo acontecimientos mundiales no deja de ser paradójico que antiguos maltratados por otros hombres sean hoy verdugos de los inocentes, con su dios y poderes superiores humanos de por medio.
ResponderEliminarMe alegra oír tu respiración bloguera. Un abrazo.
Estoy con Fackel en esta reflexión. Creo que ese argumento de tiempos buenos=hombres débiles, da para justificar las carencias, resignaciones y hasta las guerras. Un abrazo. P.d es bueno tenerte por acá
ResponderEliminarYo también creo que las circunstancias adversas nos obligan a dar lo mejor de nosotros, si aguantamos el tirón nos hacemos más fuertes, si no quedamos a la deriva y a merced de lo que venga.
ResponderEliminarCada época tiene sus retos y en el mismo oleaje cada persona lo surfea lo mejor que puede pero unidos, siempre hemos salido mejor parados.
Un abrazo Emejota!!